El distanciamiento social ha afectado el turismo de convenciones y la oportunidad para participar en eventos donde se pueda escuchar a expertos en temas específicos. De la misma manera, los consultores y facilitadores empresariales han visto interrumpido o, al menos cambiado, su acercamiento habitual a sus clientes de formación profesional. El conocimiento de expertos ahora fluye de forma diferente: formación continua a distancia.
En 2020 se ha disparado la demanda por cursos en línea. Las personas profesionales en general están sedientas de conocimiento, al reconocer que el mundo ha cambiado y que es necesario adquirir nuevas habilidades para enfrentarlo.
Como respuesta natural a esta demanda, los videos instructivos en YouTube.com, los webinars vía y las sesiones de Facebook live han proliferado. Esta sobre-oferta de formación profesional, si bien en principio es positiva, dificulta que profesionales puedan conectar eficientemente con expertos adecuados, especialmente si estos expertos están recién conectándose a los medios digitales.
A continuación detallo algunos de los desafíos de la formación continua a distancia que considero enfrentamos en esta transición.
No todos aprendemos igual. Con formación continua a distancia, menos.
Una de las grandes ventajas de la enseñanza presencial consiste en que el catedrático puede utilizar diferentes metodologías en un aula hasta estar bastante seguro que el objetivo de aprendizaje ha sido logrado. Muchas veces esto implica promover discusiones, realizar talleres o incluso hacer diagramas uno-a-uno. No es que un estudiante tenga fallas, simplemente aprende diferente.
Al dar formación profesional a distancia, capacitaciones en línea, particularmente cuando son pre-grabadas, se logra cubrir a un sólo tipo de audiencia principal. Por tanto, el primer desafío de la enseñanza a distancia es lograr homogenizar o filtrar al grupo de estudiantes de forma que todo el grupo logre el objetivo de aprendizaje con una misma metodología. Idealmente, se podrán hacer versiones diferentes del contenido, a fin de poder servir a todas las audiencias.

No todos tenemos la misma tecnología para aprender.
En América Latina es una realidad que el servicio de Internet no es igual en todos lados ni a todas horas. Igualmente diferentes son los dispositivos a los que los estudiantes tienen acceso para aprender y consumir los contenidos de la formación profesional. En algunos lugares se pueden hacer transmisiones de video en vivo muy buenas, mientras que en otras ni siquiera el sonido llega de forma adecuada. Por lo anterior, el segundo desafío para la formación continua de profesionales o clases en línea está en lograr definir las características técnicas mínimas con las que debe contar el equipo y conexión a Internet del alumno ideal.

Manejo de formatos para formación continua a distancia.
Dependiendo de la metodología y tecnología adecuada para nuestra audiencia, se pueden tender a utilizar un formato de formación a distancia u otro. En algunos casos el podcast puede funcionar bien, mientras que en otros una platforma de video-llamada como puede ser suficiente. Uno de nuestros consultores principales, quién también es catedrático universitario, utiliza una mezcla entre YouTube, Facebook y ; mientras otro de nuestros socios utiliza Moodle como plataforma. Yo, personalmente, soy más de uno-a-uno, utilizando zoom, pero para temas masivos hago cursos en línea y los distribuyo por plataformas establecidas. Algunas plataformas a considerar son Teachable, Coursera o Udemy. Independientemente, el punto es que el instructor o consultor debe lograr sentirse cómodo con el medio o formato que mejor sirva a su audiencia.

Entrega de contenido – el formador a distancia.
Me parece que este es uno de los principales desafíos de la formación continua a distancia: lograr conectar con la audiencia. De mis años de estudios universitarios, recuerdo un gran maestro de historia Latinoamericana: Kuny Mena. Era realmente genial. Se paseaba frente a la clase contando, cómo si fuera una novela de Ken Follet, los más curiosos detalles alrededor de los eventos históricos por todos conocidos. Su capacidad de hilar historias y personajes era asombrosa. Cuando un estudiante hacia una pregunta, ahondaba en ella, nos lograba llevar a ese momento e incluso que nos cuestionáramos: ¿Qué hubiera hecho yo en ese momento?
Sin embargo, pocos años después, cuando junto a mis primeros socios fundamos nuestras primeras compañías digitales, quise llevar este asombroso conocimiento a más audiencias, invitando a mi profesor a compartir pasajes históricos en línea. Traté por los medios que conocía en ese momento: blog, mini-videos y audio (antes del podcast formal). Pero la magia se perdía. Sin sus audiencia en vivo y conversaciones en tiempo real, el encanto se diluía y la invitación al análisis no lograba fluir.
Por otro lado, vemos estrellas de YouTube que son grandes comunicadores, con encanto natural para conectar con audiencias asíncronas. Estos nuevos comunicadores pueden, muchos de ellos, leer un texto directamente de Wikipedia y hacer sentir a su audiencia que realmente manejan el tema.
Claramente quisiéramos tener un híbrido de estos personajes: el experto entretenido. Allí el desafío.
Finalmente, y hablando de transformación y formación, deseo dedicar un momento a Hermann Bruch. Don Hermann, fundador y líder de la Escuela de Comunicación Mónica Herrera, era un hombre de mundo, revolucionario e inconforme, dicho todo en el mejor de los sentidos. Retaba a pensar. Buscaba ver años adelante. Invitaba a que se movieran las cosas, y cuando ya se habían movido, buscaba que se movieran más allá. Sin duda, su mente ha sido de gran influencia en la educación, publicidad y, con impacto, en la sociedad. Admirable. Se le extrañará.